¿Catarsis Moderna o *Ascética Secular?
El hombre es un ser que experimenta ciertas necesidades y tiende a satifacerlas.
1 – El hombre no sólo tiende a evitar tensiones a cualquier precio, sino que necesita tensiones.
Es obvio que el hombre no necesita estar sometido a una tensión extrema. Lo que necesita es cierta tensión sana y bien dosificada. De todos modos la sobrecarga o el esfuerzo extraordinario pueden generar enfermedad, sino la falta de esfuerzo y la relajación excesiva pueden ser patógenas.
Lo que el hombre necesita es una tensión cualificada. Tal como se establece en la polaridad entre el hombre y un sentido que aguarda en cierto modo su cumplimiento exclusivamente por él.
El hombre busca la tensión, busca concretamente tareas que tengan sentido, que puedan mantenerle en una ”sana tensión”. Es también el concepto motivacional de “deseo de sentido”. Si el hombre encuentra un sentido entonces se siente feliz, pero también se capacita para el sufrimiento. En efecto el hombre esta dispuesto entonces a asumir privaciones e incluso a poner en juego su vida.
Y a la inversa si el hombre no atribuye ningún sentido a su vida maldice de esta, aunque externamente le vayan bien las cosas y a veces se deshace de ellas. A pesar del bienestar y el lujo o precisamente en el bienestar y el lujo.
La sociedad de consumo se preocupa de crear necesidades y la sociedad industrial satisface prácticamente todas las necesidades del hombre a ese nivel. Pero hay una necesidad que no crea satisfecha: el deseo de sentido. Este deseo de sentido no queda sino frustrado en las condiciones sociales de hoy.
En la sociedad del bienestar y la abundancia una buena parte de la población posee medios económicos, pero carece de metas vitales, tiene de que vivir, pero su vida carece de un porque, de un sentido.
Nuestra sociedad también posee tiempo libre, y pero no saben como emplearlo razonablemente.
Resulta así que el hombre actual pasa menos necesidad y sufre menos tensiones que el hombre del pasado y ya no sabe soportar ambas cosas: su tolerancia a la frustración ha disminuido; el hombre ha perdido el hábito de la renuncia.
En la sociedad hay poca tensión ¿que ocurre entonces?
El hombre tiende a crear artificialmente la tensión que la sociedad le niega.
Se procura el mismo la tensión que necesita. Y lo hace exigiéndose a si mismo, fuerza su rendimiento....incluso el rendimiento de la renuncia.
Y en medio del bienestar comienza a privarse de algo deliberadamente crea de modo artificial y deliberado ciertas situaciones de penuria y comienza en medio de la sociedad de la abundancia a levantar "islotes de ascética" y aquí veo la función del deporte: el deporte no es catarsis moderna, sino la ascética moderna. Incluso cuando el hombre es más bien espectador y hace deporte pasivamente, busca la tensión.
Pero el hombre no se limita a crear una penuria artificial, sino que inventa necesidades artificiales: en una época en que apenas se ve obligado a andar -se desplaza en coche- y apenas tiene que subir – utiliza el ascensor-, le da por escalar montañas. Para él, para el “mono desnudo” la necesidad no consiste ya en trepar árboles; entonces se le da por escalar paredes rocosas.
Debo limitar mi interpretación del alpinismo como una necesidad creada artificialmente: esta interpretación sólo es valida hasta el tercer grado de dificultad. Por encima de este tercer grado no hay mono capaz de escalar.
En el lenguaje especializado del alpinismo la definición del sexto grado de dificultad dice así “forzar la frontera de lo humanamente posible”. Es decir el escalador extremo no intenta crear necesidades, sino descubrir posibilidades. Quiere averiguar donde esta la “frontera” de lo humanamente posible. Pero el hombre desplaza esa frontera, como desplaza el horizonte a cada paso que da; el hombre va ampliando sus posibilidades sin cesar. Y al trascenderlas, se trasciende así mismo.
Esto quiere decir que, en el deporte competitivo bien entendido el hombre rivaliza en definitiva consigo mismo, en su propio concurrente. Aun cuando uno busca la victoria esta se le escapa. Aún en el deporte de la lucha la mejor motivación podría ser quererse medirse con otro, pero sin tratar directamente de vencerle.
Y se puede demostrar que solo cuando adopta esta actitud alcanza su máximo rendimiento. A la inversa un exceso de intención puede llevar al agarrotamiento.
Conlusión:
El hombre actual sufre menos necesidades y menos tensión que el hombre del pasado, por eso intenta crear artificialmente la tensión ( la que él necesita), forzando su propio rendimiento, incluso el rendimiento de la renuncia, en medio del bienestar crea situaciones de penuria, y en medio de la sociedad de la abundancia a crear islotes de ascética: El deporte no es catarsis moderna, sino ascética secular.. En la lucha bien entendida el hombre rivaliza consigo mismo, en su propio concurrente y sólo cuando adopta esa actitud alcanza el máximo de rendimineto . En el exceso de intención sólo encuentra el efecta contrario, la victoria se aleja, se le escapa.
La mejor motivación podría ser medirse con otro, pero si tratar directamente de vencerle.
Diccionario:
Ascética/o = Del griego "askeetees": atleta, el que se ejercita). . 1.En el S. XVI se distinguía entre ascética y mística, siendo la primera preparación por medio del esfuerzo propio para alcanzar la segunda que era un don divino.
2. adj. Dicho de una persona: Que se dedica particularmente a la práctica y ejercicio de la perfección espiritual, renuncias de las cosas terrenas, placeres.
Secular: Que sucede o se repite cada siglo o desde hace siglos.
Bibliorafía: Victor E.Frankl . El Hombre Doliente, fundamentos antropológicos de la psicoterapia
Barcelona Editorial Heder
sábado, 5 de septiembre de 2009
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