lunes, 23 de noviembre de 2009

VUELO LIBRE



Que maravilloso sería amado pájaro , cuando, cada mañana, al despuntar el alba, escucho tu cálida melodía, despertando en mi esta búsqueda de libertad, esta pasión por la vida, este ansia por abrazar tu ser, por integrarme a cada uno de tus latidos, por dejar que tu sentimiento me seduzca, y que de la luz de tus dorados ojos me permitan ver, a cambio de esta mirada mía tan ignorante y tu canción me envuelva, me enamore.
Daría cualquier cosa por sacarte de la prisión en la que vives y dejar que en tu jaula descansen el tedio, el egoísmo, la amargura y el sinsabor .
En el recipiente del que tu bebes agua que se ahogue la ira la frustración, los implulsos , las reacciones impensadas , dándole un sentido genuino a mi existencia.
He caminado en los atardeceres de invierno agarrado de las manos de Soledad .
He saciado mi ansia de saber al experimentar tu principio viviendo en todo, tocando cada cosa, dando música al viento, valor al fuego, fortaleza a la madera, belleza al campo y la flor, corazón al mundo.
He comprendido el dolor, leído en mis propias lágrimas y visto la ternura más allá de la ambición y el odio; he aprendido que el amor sólo es amor cuando hay entrega y desinterés, cuando existe la compasión y uno se exime de la espera o la necesidad de esperar algo a cambio.

Hoy soy consciente del aire viciado que he respirado. Así hoy, me entrego a ti, me abandono a tu entraña, a tu abrazo, al calor de tu amor, a tu canción.¡Hoy muero en mí, para vivir en ti!.

Para vivir por vivir, por el puro placer de contemplar, de ver brotar el verde y el rosa en la primavera, el amarillo y el ocre del otoño, por sentir el crujir de la hojas secas bajo mis pies al pasear en el silencio del bosque, al sagrado espíritu de la tierra danzando al son del eterno presente, las frescas gotas de la lluvia cayendo sobre mi rostro, empapando mis huesos.
Por escuchar el sonido del agua al deslizarse por el cauce del río y observar su salto, desde la cascada al fondo del abismo, abrazando el vacío, encontrando la justa recompensa en la inmensidad del océano.

Ahora vivo para descorrer las nubes del cielo, para pintar el color de la esperanza y la alegría en los rostros abatidos, para aliviar las heridas de los cansados pies de quienes se cruzan en mi sendero al amparo del calor y la luz.

Ahora contemplo tu vuelo, amada alma, al abrir mi ventana, y veo como el sueño atrapa el destino.
Hoy tú eres mi inspiración, mi poema, mi verso, mi sonata, mi asesor, la dulce melodía del corazón
Hoy lloro la alegría de haberte conocido y creído en tí, de haberme aferrado a tu esperanza, a aquellas primeras señales esquivas, fugaces, casi imperceptibles ante mi ojo ciego.
Hoy río por haberme perdido en la ilusión de lo gran desconocido y haber encontrado en la densidad de la niebla tu timón, tu bandera, mi norte, el más sublime placer de la conquista.
Hoy me siento feliz, Ya no hay barrotes ni prisión, no hay tiempo, no hay mañana, sólo inmensidad y belleza.
Arde la cruz y la esperanza se disipa en el aire, vuela el pájaro en la inmensidad del cielo.
¡Amada conciencia ¡que grande es tu libertad!
Autor : Fernandez

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