Por: Nidia Barrientos
CORRER 42KM EN LAS ISLAS MALVINAS.
¿Es posible plantearse un paralelo entre el deporte y la vida misma? Seguramente que sí, porque ambos tienen implícita la actitud y la acción de proponer constantemente nuevos desafíos, nuevas metas que alcanzar.
Claro que en algunos casos esos objetivos son más difíciles de lograr. Esta dificultad puede tener origen en distintas razones, a veces externas cuando el medio es muy hostil otras pueden ser personales y a veces por ambas. Un ejemplo de esto fue la maratón de 42k que se realizó en Islas Malvinas en marzo de este año.
Un grupo de atletas Argentinos, Andrea Mastrovincenzo (35), Marcelo De Bernardis (42), Marcelo Vallejo (47 años), Germán Estrada (46) y Esteban Pino (46); estos tres últimos ex combatientes, corrieron la maratón en las Islas Malvinas fiscalizada como la más austral del mundo.
No es la primera vez que se realiza esta carrera, ya en la edición anterior había corrido De Bernardis, quien nos representó dejando una buena marca allí.
Este año se sumó una mujer quien resultó La Primera Dama Argentina en cruzar la línea de llegada en Malvinas, y en lo alto del podio recibió su premio. Su alegría nos la hizo extensiva a todos y cada uno de nosotros.
Alguno de ellos ya tiene muchas maratones y distinciones en su trayectoria como corredores, sólo que esta maratón no sería una más. Sino muy particular la correrían con una mochila emotiva por el pasado conflicto de Malvinas y que es parte de nuestra historia reciente.Los argentinos recordamos con dolor y muchos todavía conservan heridas difíciles de sanar.
Le pedí a Marcelo que me cuente de la carrera en sí misma, y extraje este párrafo donde hace referencia a las duras condiciones climáticas y algo más.
“El recorrido es una vuelta completa por la ciudad, para luego encontrarse con la primera subida importante de tramo, que comunica con la ruta, en donde se corre la mayor parte de recorrido. Ahí el viento aumenta su intensidad y se hace sentir mucho mas fuerte. Es como si dos manos lo aferraran a uno desde la frente y desde el pecho, y no se pudiera avanzar Pareciera como si las técnicas de liebre en relevo practicadas (un corredor se pone delante de los otros para romper el viento, por turno) hubieran sido vanas. El viento pega de todos lados, con ráfagas heladas.También vale destacar dos momentos, dos imágenes de esta maratón: los gestos de aliento a nuestros corredores por parte de los lugareños, ingleses, y el largo y sentido abrazo una vez cruzada la meta.”
Historias como ésta sirven para pensar que el deporte quizás sea capaz de trascender ideologías o posturas radicalmente opuestas, aunque sea por un momento. Por otro lado, ya sea una actividad practicada en forma profesional o no, nos permite sentirnos un poco mejor al ver que podemos progresivamente mejorar nuestro rendimiento físico y mental y quizás tenga un efecto más profundo aún, la de poder dominar nuestros miedos. Es posible que deporte tenga la virtud de ayudarnos a alcanzar la meta más difícil y hasta lo impensado.Y finalmente rescato las palabras de Marcelo De Bernardis que quedaron dando vueltas en mi cabeza y que me pareció el mejor resumen de todo lo vivido alli a través del deporte.
“Fue una experiencia sanadora”. Nada más que agregar, no les parece?
domingo, 13 de septiembre de 2009
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